Artículo escrito por Margarita Varela
Un certificado energético es un documento oficial que evalúa la eficiencia energética de una vivienda. Este certificado muestra la calificación energética de la vivienda, que va desde la letra A (más eficiente) hasta la letra G (menos eficiente). El certificado también incluye recomendaciones para mejorar la eficiencia energética de la vivienda.
La evaluación se realiza por un técnico especializado, quien evalúa diferentes aspectos de tu casa, como el aislamiento, el sistema de calefacción, la iluminación, entre otros. Con esta información, se calcula el consumo de energía y las emisiones de CO₂ de la vivienda.
El certificado energético es obligatorio para todas las viviendas que se vendan o alquilen, y debe estar disponible para los posibles compradores o inquilinos. Además, es válido por 10 años, por lo que no es necesario renovarlo frecuentemente(excepto si el inmueble tiene una calificación energética G, en cuyo caso la validez del certificado será de 5 años). Además, al tener una mayor calificación energética, la vivienda puede aumentar su valor en el mercado.
Sí, existen ayudas nacionales y regionales que tienen como objetivo fomentar la mejora de la eficiencia energética en las viviendas. Para este tipo de ayudas, la única forma de justificar dicha mejora es mediante un certificado de eficiencia energética previo a la mejora realizada y otro posterior a ella.
Este certificado es importante porque permite a los dueños de viviendas conocer la eficiencia energética de su hogar y tomar medidas para reducir su consumo de energía y su impacto ambiental. Además, al tener una mayor calificación energética, la vivienda puede aumentar su valor en el mercado.
Otro beneficio es que el certificado energético te proporciona recomendaciones específicas sobre cómo mejorar la eficiencia energética de tu hogar. Estas recomendaciones pueden incluir acciones como instalar aislamiento adicional, cambiar a electrodomésticos más eficientes o mejorar el sistema de calefacción y refrigeración. Al implementar estas mejoras, no solo reducirás tus costos de energía, sino que también estarás contribuyendo a la protección del medio ambiente.
Una de las ayudas más comunes es la deducción de hasta el 40% en el IRPF sobre el coste de las obras llevadas a cabo para mejorar la eficiencia energética del inmueble. Para conseguirlo, deberás acreditar una reducción del 30% en tu consumo de energía primaria no renovable o una reducción en la demanda energética de calefacción y refrigeración de un 7%. Para que te puedas beneficiar de esta ayuda, es necesario que el certificado previo tenga una antigüedad máxima de 2 años
La base de esta deducción son las cantidades satisfechas por las obras realizadas desde el 6 de octubre de 2021 hasta el 31 de diciembre de 2023, con un máximo de 7.500 €, y esta deducción es compatible con las subvenciones existentes, así como con la bonificación en el IBI por instalar paneles solares.
Para justificar estas reducciones, es necesario presentar un certificado de eficiencia energética previo a las obras de mejora en la eficiencia energética, y otro cuando estas hayan concluido. De esta manera, se podrá comprobar qué % de mejora has alcanzado, y así saber si eres elegible o no para esta deducción.
Desde Samara tramitamos estos certificados, ya que nos parece fundamental poder contribuir a la reducción de consumo energético de tu vivienda y mejorar tu huella de carbono.
Para acompañarte durante el proceso de solicitud de certificados de eficiencia energética, te pediremos una serie de información y fotografías de tu vivienda como pueden ser imágenes de equipos de calefacción/refrigeración, plano de la vivienda y también fotografías de las estancias de la vivienda. Esto es importante para conocer el estado de la vivienda con precisión. Una vez nos pongamos manos a la obra, en un plazo de 72 horas recibirás tu certificado de eficiencia energética.
Cuando se realiza un certificado energético, se evalúan varios elementos clave para determinar la eficiencia energética de una vivienda. Estos elementos son:
1. Aislamiento: Se evalúa la calidad del aislamiento térmico de la vivienda, tanto en paredes como en techos y suelos. Un buen aislamiento ayuda a mantener la temperatura adecuada en el interior y reduce la necesidad de utilizar sistemas de calefacción o refrigeración.
2. Ventanas y puertas: Se analiza la calidad de los materiales y el acristalamiento de las ventanas y puertas, así como su capacidad para evitar filtraciones de aire. Las ventanas y puertas eficientes energéticamente contribuyen a un mejor aislamiento y ahorro energético.
3. Sistemas de calefacción y refrigeración: Se evalúa la eficiencia de los sistemas de calefacción y refrigeración de la vivienda, como calderas, radiadores, aires acondicionados, bombas de calor, entre otros. Se verifica si cumplen con las normativas y si son capaces de proporcionar una climatización adecuada sin un consumo excesivo de energía.
4. Iluminación: Se analiza el tipo de iluminación utilizado en la vivienda, si es eficiente en términos de consumo energético y durabilidad. Se recomienda el uso de iluminación LED, ya que es más eficiente y tiene una vida útil más larga que las bombillas tradicionales.
5. Energías renovables: Se evalúa la integración de fuentes de energía renovable en la vivienda, como paneles solares o sistemas de energía eólica. Estas fuentes de energía limpia pueden ayudar a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de carbono.
